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domingo, 28 de mayo de 2023

“TODA PERSONA TIENE DEBERES RESPECTO A LA COMUNIDAD, PUESTO QUE SÓLO EN ELLA PUEDE DESARROLLAR LIBRE Y PLENAMENTE SU PERSONALIDAD”


La siguiente es una historia que nos enseña una valiosa lección sobre la importancia de asumir nuestros deberes para poder disfrutar de nuestros derechos. A través de personajes animales entrañables, esta historia nos lleva a reflexionar sobre la equidad, la justicia, el trabajo, la igualdad y el amor. Acompáñenme en este viaje hacia un bosque donde la armonía social se encuentra amenazada por un personaje malvado, y donde los animales aprenderán a vivir en comunidad de una manera más responsable y consciente. Prepárense para conocer una historia llena de enseñanzas y aventuras, para descubrir lecciones sobre la convivencia pacífica y la importancia de cumplir nuestros deberes como ciudadanos.

Había una vez una comunidad de animales que vivían en un bosque hermoso y frondoso. Los animales eran felices y vivían en armonía, pero un día un grupo de animales comenzó a sentirse más importantes que los demás. Estos animales se jactaban de tener más derechos que los demás, e impusieron sus "derechos" para hacer lo que querían, sin importarles los demás.

Los animales que no tenían estos "derechos" se sintieron marginados y tristes, pero no sabían qué hacer para cambiar la situación. Un día, un búho sabio llegó al bosque y les habló de la importancia de cumplir con nuestros deberes para tener derechos.

Les explicó que cada animal tenía deberes que cumplir para que todos pudieran vivir en armonía, y que estos deberes eran la base de sus derechos. Les enseñó que los derechos no son algo que se otorga por el simple hecho de existir, sino que se ganan con el cumplimiento de nuestros deberes para con nosotros mismos, nuestras familias, la sociedad.

Las criaturas del bosque escucharon con atención las palabras del búho sabio y se dieron cuenta de que habían estado actuando de manera egoísta e irresponsable. Comprendieron que debían asumir una nueva manera de ser, en la que el respeto a los demás y el cumplimiento de los deberes fueran la clave para ejercer sus derechos.

Así, cada animal comenzó a asumir sus responsabilidades con entusiasmo y dedicación. Los animales más fuertes ayudaban a los más débiles, los más grandes cuidaban de los más pequeños, y todos se respetaban mutuamente. Se creó un ambiente de solidaridad y cooperación que hacía que todos se sintieran parte de una gran familia.

Pero pronto, un grupo de animales comenzó a sentirse incómodo con esta nueva forma de vida. Querían seguir actuando como lo habían hecho antes, sin preocuparse por los demás y sin cumplir con sus deberes. Estos animales se rebelaron contra la nueva forma de vida, pero los demás animales no se dejaron vencer. Se unieron para hacerles entender que sus derechos terminan donde empiezan los derechos de los demás.

Finalmente, aquellos animales entendieron la importancia de la ética y la moral, y se sumaron al nuevo estilo de vida que habían adoptado sus compañeros. Juntos, trabajaron para mantener el equilibrio y la armonía en el bosque, y para que todos, cumpliendo con sus deberes, pudieran disfrutar de sus derechos.

Desde entonces, el bosque fue un lugar donde reinaba el respeto, la felicidad y la paz. Los animales aprendieron que, para vivir en armonía, debían asumir una nueva manera de ser, en la que el respeto a los demás y el cumplimiento de los deberes eran la base para tener los derechos. Y así, todos vivieron felices para siempre.

 

(el titulo corresponde al Artículo 29 de la Declaración Universal de Derechos Humanos)


“LAS PREGUNTAS DEL CONOCIMIENTO”


 

Esta fábula nos enseña la importancia de saber preguntar para obtener información valiosa. Además, nos muestra cómo la curiosidad y el entendimiento pueden llevarnos a superar obstáculos y encontrar soluciones creativas. En resumen, la fábula nos invita a seguir inquiriendo y aprendiendo para mejorar nuestro saber y conocer del mundo que nos rodea.

Había una vez un grupo de animales que vivían en un bosque, y estaban muy curiosos acerca del mundo que los rodeaba. Cada día se hacían preguntas sobre el qué, cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué, de las cosas que veían a su alrededor.

Un día, un Búho llegó al bosque y se dio cuenta de la curiosidad de los animales. Decidió enseñarles la importancia de hacer preguntas para obtener conocimiento y entendimiento.

El zorro les explicó que hacer preguntas específicas y profundas es la clave para aprender sobre el mundo y obtener una comprensión más profunda de las cosas. Les dijo que hacer preguntas sobre la relación entre las cosas también es importante para entender mejor las situaciones.

Los animales, ansiosos por aprender, siguieron el consejo del zorro y comenzaron a hacer preguntas específicas y profundas. Descubrieron que hacer preguntas les permitía obtener información más allá de lo superficial y que las respuestas a estas preguntas los llevaban a una mejor comprensión del mundo que los rodeaba.

Con el tiempo, los animales se convirtieron en expertos en hacer preguntas y su saber y conocer se expandieron. Gracias a su curiosidad y su capacidad de hacer preguntas efectivas, y analizar las respuestas en concordancia con el orden de la naturaleza. se convirtieron en animales respetados y en una fuente de inspiración para otros animales del bosque.

Desde ese día en adelante, los animales comprendieron la importancia de hacer preguntas para obtener conocimiento y entendimiento, y enseñaron a sus hijos y a otros animales a hacer lo mismo. Y así, el saber del Búho se convirtió en una valiosa lección para todos los habitantes del bosque.

 


sábado, 27 de mayo de 2023

"PERSONALIDADES OPUESTAS, AMOR EN COMÚN"



Había una vez una pareja de amigos que se conocieron desde muy jóvenes. Ambos eran muy diferentes en cuanto a personalidad, gustos y opiniones, pero eso no impidió que se convirtieran en los mejores amigos. Con el tiempo, la vida los llevó por caminos diferentes, uno se mudó a otra ciudad y el otro empezó a trabajar en un campo distinto al que estudió. Sin embargo, siempre se mantuvieron en contacto y se reunían cada vez que podían.

Un día, la amistad de ambos dio un giro inesperado cuando se dieron cuenta de que sentían algo más el uno por el otro, algo que nunca habían sentido antes: amor. A pesar de sus diferencias, decidieron darle una oportunidad a su relación, confiando en que la amistad que habían construido durante tantos años sería la base sólida para su amor.

Durante los primeros meses, se dieron cuenta de que las diferencias que los habían hecho tan buenos amigos, también eran las mismas que los hacían discutir. Pero a diferencia de antes, ahora aprendían a respetar las opiniones y gustos del otro, a entender que esas diferencias eran una oportunidad para enriquecerse mutuamente. Además, encontraron que esas diferencias los hacían complementarse de una manera única, cada uno aportando su propia perspectiva y experiencia en la vida.

Con el tiempo, su amor se fortaleció, no solo por la química que había surgido entre ellos, sino también por el profundo respeto y cariño que se tenían. Se dieron cuenta de que la madurez y la experiencia no dependían de la edad, sino de la educación y valores inculcados desde la niñez. Y esa educación los llevó a actuar siempre con sensatez y prudencia, pensando en lo que era bueno y conveniente para ambos, y no solo en lo que uno quería.

Así, esta pareja demostró que la amistad y el amor no tienen límites, y que las diferencias no deben ser vistas como un obstáculo, sino como una oportunidad para crecer y enriquecerse mutuamente.

"EL PODER DE LA COMUNICACIÓN EN UNA RELACIÓN DURADERA"

 


Había una vez una pareja muy enamorada, Laura y Juan, que se conocieron en la universidad. A pesar de tener costumbres muy diferentes, se complementaban perfectamente. Laura era extrovertida y amante de la aventura, mientras que Juan era más introvertido y reflexivo. Sin embargo, compartían un amor profundo y verdadero.

Después de graduarse, la pareja decidió mudarse juntos a una nueva ciudad. Al principio, todo parecía ir bien. Laura y Juan se adaptaron rápidamente a su nueva vida y disfrutaban explorando su nuevo hogar. Sin embargo, pronto comenzaron a surgir desavenencias.

Laura quería salir y socializar todo el tiempo, mientras que Juan prefería quedarse en casa y leer. Laura comenzó a sentirse aburrida y sola, mientras que Juan se sentía agotado por el constante ritmo de su vida social. Ambos comenzaron a sentirse distanciados y desconectados el uno del otro.

Un día, Laura y Juan se sentaron a hablar y se dieron cuenta de que habían perdido de vista lo que los había unido en primer lugar: su amor y respeto mutuo. Decidieron que necesitaban encontrar su armonía y comenzaron a trabajar juntos para encontrar formas de mantener su relación.

Aprendieron a aceptar y respetar las diferencias del otro y descubrieron que en realidad eran una bendición, ya que les permitían aprender uno del otro y complementarse. Juan comenzó a acompañar a Laura a eventos sociales, mientras que Laura también aprendió a disfrutar de la tranquilidad del hogar junto a Juan. Se dieron cuenta de que, respetándose y dándose el uno al otro, podían compartir sus vidas a pesar de la diversidad de sus costumbres.

Pero la vida no siempre es fácil, y la pareja enfrentó desafíos adicionales. Juan perdió su trabajo y comenzó a sentirse deprimido, mientras que Laura luchaba por encontrar un equilibrio entre su trabajo y su relación. En medio de todo esto, se dieron cuenta de que necesitaban un nuevo enfoque para abordar la vida juntos.

Fue entonces cuando recordaron el consejo que habían recibido de una pareja mayor que conocían: la importancia de desarrollar la habilidad de controlar sus emociones. Ambos se dieron cuenta de que necesitaban tomar el control de sus vidas y aprender a controlar sus emociones y reacciones ante las adversidades.

Comenzaron a trabajar juntos en su introspección y desarrollo personal y descubrieron que, a medida que aprendían a controlar sus emociones y reacciones, también se volvían más fuertes como pareja. Aprendieron a apoyarse mutuamente y a enfrentar los retos juntos en lugar de permitir que los desafíos los separaran.

Con el tiempo, la pareja se dio cuenta de que habían desarrollado una comunicación profunda y duradera. Aprendieron que el amor no trata de encontrar a alguien que sea exactamente como tú, sino de encontrar a alguien que te respete y te ame por quién eres y cómo eres. Aprendieron que las diferencias pueden ser una bendición en lugar de una maldición, y que la superación personal es esencial para construir y mantener una relación.


"EL DESAFIO DE LA NACION DEL BOSQUE"

 


Había una vez, en un hermoso bosque rodeado de árboles ancestrales, un sabio búho conocido como el Dr. Búho. Su presencia imponente y su mirada perspicaz reflejaban su gran sabiduría y conocimiento. Durante muchos años, el Dr. Búho había sido el consejero y protector de todos los habitantes del bosque, asistiéndolos en momentos de incertidumbre.

En tiempos pasados, se resaltaba la importancia de discernir entre las verdaderas intenciones y los razonamientos equivocados. El Dr. Búho había sido testigo de cómo los habitantes del bosque, en su afán por obtener lo que deseaban, a menudo permitían que sus emociones los guiaran en lugar de tomar decisiones racionales. Él comprendía que nuestra mente puede ser frágil y que la inclinación a reaccionar emocionalmente en lugar de pensar con claridad puede llevarnos a cometer errores lamentables.

Consciente de esto, el Dr. Búho compartía su sabiduría y consejos con todos aquellos que lo buscaban. Les enseñaba a pensar y sopesar para evaluar cuidadosamente sus opciones y tomar decisiones correctas. A usar rectamente la prudencia y la imparcialidad, y su uso les permitía valorar de manera equitativa las decisiones que se presentaban en la vida.

No obstante, en el presente, el Dr. Búho enfrentaba un nuevo desafío junto con los habitantes del bosque que conformaban la nación. La nación buscaba ejercer su derecho a la autodeterminación, pero se encontraba con dificultades en su gobierno. Era esencial que los habitantes del bosque aprendieran a comprender los fundamentos auténticos de la democracia para no caer en el engaño de discursos manipuladores que llevaban al poder a gobernantes corruptos.

El Dr. Búho observaba con atención cómo los habitantes del bosque sufrían las consecuencias de no saber ejercer su derecho al voto y elegir gobernantes que representaran sus intereses y resolvieran los problemas de manera justa. Para lograrlo, era crucial que los políticos elegidos y los funcionarios respetaran la independencia del Poder Judicial y garantizaran los deberes y derechos de los habitantes de la selva. Además, se requería que estos tomaran conciencia de la soberanía de la nación sobre los gobiernos elegidos, ya que solo a través de esa autoridad se podía construir una democracia auténtica que satisficiera las necesidades del presente.

En medio de este contexto, el Dr. Búho se encontraba en una encrucijada. ¿Cómo podía transmitir su sabiduría ancestral a una sociedad que anhelaba la justicia y la equidad, pero a menudo caía en la trampa de discursos engañosos? ¿Cómo podía hacer que las generaciones futuras comprendieran la importancia de usar el pensamiento recto en un mundo cada vez más confundido?

Entonces, el Dr. Búho decidió convocar a todos los habitantes del bosque para compartir una vez más su mensaje de sabiduría. Les recordó la importancia de ejercer su derecho de autodeterminación basado en la honestidad y la equidad, y de no dejarse engañar por palabras vacías y manipuladoras. Insistió en la necesidad de practicar, además, la prudencia y la imparcialidad para encontrar la verdadera justicia en sus vidas y en la sociedad.

La fábula del Dr. Búho se difundió ampliamente por todo el bosque y su mensaje resonó en los corazones de todos los que lo escucharon. Generación tras generación, las enseñanzas del sabio búho inspiraron a las criaturas del bosque, quienes adoptaron el pensar y el sopesar como una guía para la vida. A medida que el tiempo transcurría, el legado del Dr. Búho se mantenía vivo y su figura se convertía en un símbolo eterno de sabiduría y orientación para aquellos que buscaban el camino de la rectitud y la justicia en medio de los desafíos de la vida.

Y así, el Dr. Búho continuó siendo el guardián de la sabiduría ancestral en el bosque, guiando a las generaciones futuras hacia un destino mejor. Su presencia se extendió por cada rincón del bosque, recordándoles a todos que la justicia y la equidad solo pueden lograrse mediante la búsqueda constante del conocimiento recto. El legado del Dr. Búho trascendió el tiempo, enseñando a las criaturas del bosque la importancia del cumplimiento de sus deberes y el ejercicio responsable de sus derechos como fundamentos de una sociedad justa y equitativa.


viernes, 26 de mayo de 2023

"LO QUE SE OYE ACÁ, NO SE CUENTA ALLÁ, LO QUE SE OYE ALLÁ, NO SE CUENTA ACÁ"

 


Había una vez una pequeña comunidad de animales que vivía en un bosque frondoso y tranquilo. Entre ellos, se encontraba una liebre muy entrometida e indiscreta, a quien le encantaba estar al tanto de todo lo que sucedía en el bosque. La liebre tenía la costumbre de hablar con todos los animales y de compartir los decires que escuchaba, sin importar si eran verdaderos o confidencias que no debía compartir.

Un día, la liebre indiscreta escuchó una conversación entre dos pájaros que hablaban sobre un nido secreto que se encontraba en lo más profundo del bosque. Los pájaros decían que en ese nido había huevos de oro, y que sólo los pájaros más sabios sabían cómo llegar a él.

La liebre entrometida, decidió ir a buscar el nido para poder ver los huevos de oro con sus propios ojos. Pero antes de partir, recordó una enseñanza que le había dado su abuela: "Lo que se oye aquí no se cuenta allá, y lo que se escucha allá no se cuenta aquí". La liebre entendió que lo que escuchaba no debía ser comentado a otros, y que era importante guardar reserva de lo que pudiera oír.

La liebre emprendió su camino hacia el nido secreto, pero en el camino se encontró con muchos animales que le preguntaban a dónde iba. La liebre, a pesar de meterse donde no le correspondía, recordando la enseñanza, les decía que estaba dando un paseo y que no tenía ningún destino en particular.

Finalmente, la liebre llegó al nido secreto y vio los huevos de oro con sus propios ojos. Pero cuando regresó a la comunidad, los demás animales notaron su comportamiento extraño y le preguntaron qué había pasado. La liebre, recordando la enseñanza de su abuela, decidió no contarles el secreto que había oido.

Los demás animales no entendieron por qué la liebre no quería compartir lo que había escuchado y empezaron a sospechar que algo no estaba bien. Pero poco a poco, la liebre fue ganando la confianza de los demás animales al demostrar su discreción y respeto a las comunicaciones ajenas.

Con el tiempo, la liebre se convirtió en uno de los animales más respetados de la comunidad. Así, los demás animales aprendieron la importancia de la discreción y el respeto a las comunicaciones privadas, y entendieron que callar de los asuntos ajenos era discreción, hábito necesario para mantener el orden y la armonía en todo lugar.

Esta enseñanza es especialmente relevante en nuestra era de la información y las redes sociales, donde a menudo se comparte información sin tener en cuenta sus implicaciones y consecuencias. La discreción y el respeto son valores que deberíamos cultivar y practicar en nuestras comunicaciones.

En resumen, la enseñanza de esta fábula es que es importante saber cuándo callar y guardar reserva de los asuntos ajenos para no crear desavenencias en las relaciones interpersonales, y que la discreción y el respeto son valores fundamentales en cualquier comunidad.

 

“LO AJENO TIENE ESPINAS, NO SE TOCA”

 


En una pequeña aldea vivía un joven llamado Juan, quien era muy entrometido y no podía resistir la tentación de meterse en los asuntos de los demás.

Un día, mientras caminaba por el bosque, encontró, lo que creyó que era un nido de pájaros abandonado.

Al acercarse, vio que había un huevo brillante y hermoso en su interior.

Juan, sintiendo la tentación de tomar el huevo y llevárselo, no pensó en las consecuencias de sus acciones y lo tomó, escondiéndolo en su bolsillo.

 Al regresar a su casa, Juan mostró el huevo a su madre y le preguntó si podían empollarlo. La madre de Juan, conocedora de las costumbres del bosque, le explicó que ese huevo no le pertenecía y que debían devolverlo al nido para que la madre pájaro pudiera cuidarlo. Pero Juan, no quería escucharla y decidió quedarse con el huevo, pensando en lo hermoso que sería tener su propio polluelo.

 Después de varios días de espera, Juan se llevó una gran sorpresa cuando, al romper el huevo, se encontró con una serpiente venenosa que lo mordió. Juan cayó al suelo, sintiendo cómo el veneno se extendía por su cuerpo. Afortunadamente, su madre lo encontró a tiempo y llamó a un curandero que le salvó la vida.

 Después de este hecho que casi le cuesta la vida, Juan comprendió lo que significaba en refrán: "lo ajeno tiene espinas, no se toca ".

Así, Juan aprendió a respetar la propiedad de los demás, a no meterse en los asuntos que no le correspondían.

También aprendió que las decisiones impulsivas, egoístas podían tener consecuencias graves y que era importante pensar antes de actuar.

 Pasaron los años y Juan, ya anciano, recordaba con pesar aquella experiencia de su vida, pensaba que la serpiente pudo morder a su mamá y que las consecuencias habrían sido fatales.

Se sentía agradecido porque esto no sucedió y porque aprendió la gran lección de su vida.

 Lo que le sucedió a Juan se supo en toda la aldea y sirvió para enseñar a todos el deber de respetar lo ajeno, a no meterse en asuntos que no les compete. 

"Lo ajeno tiene espinas, no se toca ", es un refrán que se transmite de generación en generación en la aldea.

“TODA PERSONA TIENE DEBERES RESPECTO A LA COMUNIDAD, PUESTO QUE SÓLO EN ELLA PUEDE DESARROLLAR LIBRE Y PLENAMENTE SU PERSONALIDAD”

La siguiente es una historia que nos enseña una valiosa lección sobre la importancia de asumir nuestros deberes para poder disfrutar de nues...